«Kosmopolis reivindica la tradición experimental y lúdica de la literatura. La palabra en escena, la música y la canción junto al spoken word, las batallas de versos o la slam poetry nos han acompañado desde la primera edición del festival»

Amo la literatura. Amo todas las formas de narrativa. Vivo en Barcelona. Y a pesar de que todo esto ocurre desde siempre (bueno, lo de la última frase, desde hace más de una década), nunca había podido asistir a Kosmopolis, la fiesta de la literatura amplificada del Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB). Era una de mis grandes cuentas pendientes, hasta hace pocos días. Kosmopolis 2013 se celebró desde el 14 hasta el 16 de marzo de este año. Allí estuve. Bienvenidos a mi recorrido particular de uno de los mejores eventos en los que participé en los últimos tiempos.

El origen

Hace algunos meses me enteré de que en esta edición habría un homenaje a Roberto Bolaño (amigos latinoamericanos: no es el Chavo, ahorrémonos el chiste fácil), el enorme escritor de origen chileno/mexicano que pasó gran parte de su vida en Cataluña. Y eso no era todo: parte de Kosmopolis estaría dedicada al estado de la novela gráfica —nombre reciente y respetable que ahora permite a los cómics e historietas ocupar un lugar en un evento literario— en el Reino Unido. Además, en el Bookcamp (un nombre que me encanta, porque realmente es un campamento de libros, o más bien, varias carpas en las que se habla de libros, nuevas formas de editarlos, librerías,  relatos, y este año, hasta de la serie Lost como una narrativa transmedia fabulosa, a pesar de su final), estarían Carlos Scolari, María Cardona, Martín Gómez, Valeria Bergalli, Paco Camarassa, entre muchos otros editores/comunicadores/ realizadores de proyectos creativos en torno a la literatura y las narrativas.

Me acredité para todo lo que pude; Irene Ruiz, del equipo de prensa del CCCB casi no podía creerlo; hasta me ofreció dormir en el centro cultural (!!).

«La información que comenzamos a recibir de la nave Curiosity de la NASA (sin olvidar lo que ya sabíamos por las naves Voyager que exploran el Sistema Solar desde hace 35 años) nos permite organizar una sesión integrada por científicos, artistas y escritores donde se propaga un contraste entre el Marte real y el Marte imaginado que ha alimentado la creatividad en literatura, cine, música y cómic (…)».

Jueves: la inauguración

El jueves, apenas unos minutos después de las 19.30, El escritor Jaume Cabré y el crítico Xavier Pla abrieron esta edición de Kosmopolis hablando sobre un escenario de un rojo intenso; a medida que la conversación avanzaba, mayor era la sensación de estar siendo parte de una relajada charla entre amigos, en una de esas tertulias ideales que todos imaginamos alguna vez (en mi caso, es una mezcla entre reuniones de escritores de siglos pasados —sobre todo las fiestas de Alejandro Dumas— y las comidas de las películas de Woody Allen). El último libro de Cabré habla sobre un violín; como no podría ser de otra manera, Helena Satué cerró el acto de apertura con ese instrumento en sus manos.

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De ahí, salí corriendo al Espai Teatre, donde se iba a hablar de la fantástica adaptación teatral de 2666, obra que vi hace unos cuantos años en el Teatre Lliure, que duraba más de cuatro horas y estaba sazonada —literalmente— con nachos y guacamole en uno de los intervalos. En su momento me sorprendió muchísimo cómo Alex Rígola y Pablo Ley lograron adaptar una novela de tal complejidad al lenguaje escénico, ofreciendo una puesta interesante, que además se entendía perfectamente sin haber leído el texto original. Lo contaron rápidamente (sobre todo las últimas partes, ya que se quedaban sin tiempo), en el encuentro del CCCB, compartiendo fotos e inquietudes que iban surgiendo en el momento de adaptarla. Remarcaron el trabajo de escenografía (a cargo de Max Glaenzel y Estel Cristià) , que ayudó muchísimo a representar el extraño y particular ambiente de cada una de las partes de 2666. Esta charla estuvo precedida por una emocionante lectura dramatizada de «El policía de las ratas» (obviamente, también de Bolaño) a cargo de los actores Joan Carreras y Andreu Benito.

Viernes y sábado: novela gráfica, narrativas transmedia, series, cine…

«La novela gráfica fue uno de los primeros temas en tratarse en Kosmopolis y uno de los que más se ha destacado (…) Organizado en claboración con el British Council, se contará con la presencia del experto Paul Gravett y el ilustrador Dave McKean, uno de los autores de culto del género, creador de Arkham Asylum y  Sandman, entre otros. Asimismo, se organizarán dos talleres de cómic con la presencia de Karrie Fransman y Paul Rainey (…)»

Postales
Estos son algunas de mis impresiones en Kosmopolis durante los dos últimos días. (Para leer más sobre cada una de las charlas, hacer clic en la foto correspondiente). Por supuesto, hubo muchas actividades a las que me hubiese gustado ir y no pude asistir; pero por suerte, todo lo que pasó (que es mucho) podrá ir viéndose en la web oficial. Ah, y no se pierdan las fotos en el Flickr del CCCB (¡en especial las del ascensor, de Carlos Cazurro!)

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El gran final (de las conferencias):
Juan José Millás y Andreu Buenafuente departieron sobre el humor «y otras medicinas». Fue una charla amena, a pesar de lo tragicómico que siempre resulta Millás (a quien se lo puede escuchar semanalmante en la Cadena Ser). Su observación de que era un niño al que le costó acceder a lo simbólico dio pie para reflexiones, ironías y observaciones que compartió con Buenafuente, a quien su familia no le creía que pasara un sábado a la noche en un festival de literatura llamado Kosmopolis.

Los destacados son del dossier de prensa de Kosmopolis 2013.

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