Mónica Muñoz-Castanyer
Jefa de Prensa del Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB)
“Creo que nuestra vocación cosmopolita es la que nos da una identidad, un carácter” 

Mónica Muñoz es entusiasta. Y se nota que adora su trabajo. La espero en la recepción del CCCB, mientras pego en mi bolsito de la cámara la etiqueta que me define como “visita autorizada”. Baja de su oficina y nos sentamos en un rincón de la cafetería del CCCB —donde no dejan de sonar cucharitas y sentirse el aroma a café recién hecho— para que me cuente de qué se trata su rol como Jefa de Prensa en una institución cultural.

Su vinculación con el sector empezó casi sin proponérselo: «En realidad, surge un poco por casualidad. Mi formación es en Historia, yo estudié Historia Contemporánea en la Universidad de Barcelona, y en un momento dado me llamaron para ver si quería formar parte del gabinete de prensa de Olimpiada Cultural, que era la entidad que lleva a término el programa cultural de los cuatro años de Olimpiada desde que Barcelona fue nominada para celebrar los Juegos hasta el año ´92. Y un poco por casualidad llegué a un gabinete de prensa y la verdad es que me gustó, lo encontré muy apasionante… Te da la oportunidad de conocer a muchos creadores, a muchos artistas, la gente que produce cultura, y a la vez hacer de puente, conectar con el periodista, que es quien acaba explicando lo que sucede o cómo sucede la vida cultural, en este caso, de la ciudad de Barcelona.»

El trabajo de la oficina de prensa

«Una de las grandes ventajas de llevar un gabinete de prensa es que tienes muy de prisa un resultado. Si tú te dedicas a publicaciones, no tienes el catálogo hasta el cabo de unos cuantos meses, o eres el coordinador de una exposición y desde que empiezas hasta que inauguras esa exposición, tienes un período que puede durar dos años… Aquí hay un resultado, un efecto-resultado, un feedback muy inmediato. Creo que es muy reconfortante a nivel profesional. Tú propones un tema a un periodista y luego, con un poco de suerte, al cabo de un día, de dos o de tres, tienes el resultado encima de un papel, en las ondas o en la pantalla de televisión o del ordenador.»

«En este momento también estamos intentando utilizar las nuevas tecnologías también en el departamento de prensa. Algunas veces hacemos las ruedas de prensa en streaming. El periodista que trabaja básicamente en medios digitales se encuentra con que no siempre puede salir a la calle, está mucho en la redacción, se queda allí porque está siguiendo noticas que constantemente debe ir incluyendo en la web o en el periódico. Y esta es una manera de decirle: ‘tienes la sala de prensa en casa, en tu redacción’. Y sin embargo, nos damos cuenta de que todavía no hay un seguimiento demasiado importante. Tú ofreces la herramienta, pero no la está utilizando demasiada gente. Pero tampoco queremos dejar de hacerlo; va a pasar un tiempo antes de que se use totalmente… pero por ejemplo, cada vez hay más periodistas que están utilizando Twitter; también estamos intentando twittear las ruedas de prensa, y por supuesto estamos twitteando muchos de los eventos que pasan aquí. ¿Y por qué no una rueda de prensa? Una serie de titulares que van diciendo las personas que tenemos aquí, presentando la actividad que sea…»

«Y también es cierto que todavía muchos directivos valorizan mucho más lo que sale en prensa, en papel, que en otro formato. Si te valoran tu trabajo es porque has sacado dos páginas en La Vanguardia, porque has conseguido una entrevista en El Mundo o un reportaje en El País. Por supuesto que es importante, y se debe seguir trabajando en esta línea. Pero a veces harías algún otro tipo de acción, que sabes que a nivel de público tendrá mucho más impacto, que vendrá mucha más gente y sin embargo, tú sigues siendo valorado por la radio, el periódico y la televisión. Y sobre todo el periódico, el papel… La televisión también, pero es difícil encontrar el espacio para lo cultural en la televisión. Cuando vienen, es por algo de gran impacto, o por que tenemos algo relacionado con la prensa rosa, amarilla o negra (¡y esto nos ha pasado!)»

«De cara a conseguir colocar cosas en los periódicos, es importante la calidad. La calidad de lo que se publique. Por ejemplo, a veces una entrevista te reporta mucho más – tanto en impacto mediático como en prestigio. Tú consigues una entrevista, por ejemplo en La Contra – que además ya sabemos que es la página más leída de La Vanguardia – pero además te reporta mucho prestigio, porque se trata con profundidad el tema. O también se trata de pensar algún tema vinculado con la actividad que estamos haciendo que nos abra las páginas de la sección cultural o de tendencias de un periódico. Pensar estas cosas también son maneras de sacar más partido a una cosa que si no sólo lograría una columnita…»

Cambios, ventajas, dificultades

«Nosotros rompemos disciplinas. A veces tengo la sensación que vamos un poco por delante de los periodistas -no sé si les gustará esto a ellos-. La interdisciplinariedad es otra de las características de esta casa. Entonces, cuando haces una propuesta, que no es propiamente arte, ni propiamente cine, ni propiamente danza, pero lo es todo a la vez, no encuentras el interlocutor adecuado al que le puedas decir ‘mira, tengo esto, que es una cosa fantástica, interesantísima, que creo que puedes trabajar en ella porque tiene interés público…’ A veces no terminas de encontrar el interlocutor y te van pasando de un periodista al otro dentro de la redacción… Aunque yo tengo la suerte, ya desde el CCCB, que no toco sólo prensa cultural, si no que, como aquí abordamos tantas disciplinas, y tantos formatos, la verdad es que tengo un abanico muy amplio de periodistas con los que tengo que contactar: prensa internacional, prensa de sociedad, incluso alguna vez deportiva, por alguna razón, con lo cual esto significa que tocas muchos, muchos campos y contactas con gente muy distinta».

«A veces me pasa -haciendo este trabajo que me gusta, que me apasiona, al que le pongo toda la energía posible-,  que tengo la sensación de que paso un poco por encima de todos los temas, no tengo demasiado tiempo para profundizar. Yo me imagino que un coordinador de exposiciones -y lo sé cuando hablo con alguno de ellos- se sumerge completamente en la temática o en el caso que está tratando y que tiene que desarrollar en forma de exposición o debates… Tiene que conocer a la gente que va a traer, sus biografías, las lee, profundiza en el tema que aborda… Diría que quizá la carencia o la única ‘pega’  de nuestro trabajo es que pasas un poco por encima de todo lo que te pasa entre las manos… enseguida tienes que estar con otra cosa, así que no te deja profundizar».

En su propia voz

Tecnología, actualización y nuevos tiempos

«Esta es una casa que -como definió el propio director una vez- es como una bicicleta: en cuanto dejas de pedalear, nos caemos al suelo. El pedaleo significa proponer y hacer una cantidad de actividad impresionante… Hace ya 12 años que trabajo aquí, y no paramos, no paramos… Si me preguntas si ha bajado algún tipo de formato en los últimos tiempos, quizá las exposiciones, que además son un formato muy caro. En el año que yo entré tuvimos diez exposiciones… pero en cuanto a debates, hemos crecido mucho, también en actividad cultural, en festivales, proyecciones de cine, documentales, todo eso también ha ido creciendo mucho y sí, es verdad, han sido diez años intensísimos pero también apasionantes. ¡Y espero que lo sigan siendo, a pesar del momento en que nos encontramos!».

Virtualidad y globalización

«En estos momentos, tenemos Pantalla global, que es una propuesta que acabamos de presentar, tiene primero su formato virtual, vamos a trabajar a partir de una plataforma que hemos creado, para que los usuarios propongan sus propios contenidos: los invitamos a que presenten contenidos en función de un guión elaborado por los comisarios, trabajando en la red. Luego tendrá una manifestación presencial, pero ya tiene vida en el mundo virtual, en internet. Creo que la programación que hacemos ya es muy cosmopolita, en alguna ocasión hemos recibido alguna crítica, precisamente por ese cosmopolitismo, y tal vez no dedicarnos demasiado a la cultura local. Pero yo creo que justamente esa voluntad cosmopolita es la que nos da una identidad, un carácter, una etiqueta…»

Una entrevista de Gabriela Pedranti.

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *