Esta mañana, mirando los mails y Twitter, veo que mi amigo y colega Andrés D´Alessandro me pregunta si tengo Facebook. No tengo, pero al menos él sí tiene Twitter y me puede enviar mensajes directos. Menos mal: resulta que encontró unas cuantas fotos de la época de Un Ojo Avizor… en los medios, una revista para periodistas que tenía información de primera mano cuando Internet ofrecía poco más que correo electrónico, webs de diarios en blanco y negro y una conexión a través del teléfono con un ruido espantoso, ya casi olvidado… El «Ojo» fue una verdadera escuela de periodismo para nosotros, que éramos por entonces un grupo de entusiastas estudiantes de la carrera de Comunicación de la UBA.

Viendo las imágenes, me estalló la cabeza: me acordé de todas esas horas, noches, días, daba igual (incluso repartimos la revista en un auto destrozado, AKA Leiromóvil, un primero de mayo, en una Buenos Aires desierta, comiendo hamburguesas y dejando sobres para periodistas en la época de los sobres con ántrax…)

Y es que hacíamos de todo: los contactos para las entrevistas y notas; conseguíamos patrocinadores y publicidad; embolsábamos la revista (tarea a la que denominábamos «bolsing» y todos temblábamos cuando Andrés llamaba para dar fecha y hora); escribíamos y editábamos; repartíamos y vendíamos… Una de las cosas más divertidas de los primeros números -razón fundamental por la que iban en bolsita- era saber qué «plus» (regalito) había creado Carlos Leiro para la ocasión. El primero, «pluribol contra el estrés» (un pedacito de plástico con burbujitas, del que sirve para embalar), con unas indicaciones muy concretas: se apretaban más burbujitas cuanto más cerca estaba la hora de cierre (hasta Alejandro Dolina las leyó por radio mientras apretaba una a una las burbujitas desestresantes).

En la primera época nos reuníamos en una oficinita minúscula, a metros del Obelisco, en la que Horacio —padre de la directora de la revista, Daniela Blanco— fumaba y recortaba artículos que luego archivaba con una meticulosidad que provocaba admiración (y para qué negarlo, envidia) en más de uno…

La campaña del ALCEME (la Asociación Contra la Extinción de las Máquinas de Escribir) merece una mención aparte. Uno de los «plus» fue el distintivo de la asociación (que no era otra cosa que un cachito de cinta de máquina, con un alfiler, a modo de cinta para prenderse al pecho… cómo nos manchamos los dedos preparándolas…) Y el momento de gloria, sin duda, en el Congreso de la UTPBA: museo ALCEME – donde estaba hasta la «ventana» que inspiró a Bill Gates-  y concurso para todo periodista que se preciara: escribir 5 líneas en una máquina de escribir, sin errores, durante un tiempo ridículo. Por supuesto, el premio era una Remington (u Olivetti, la memoria me traiciona…) Más de un periodista veterano sudó la gota gorda para cumplir con el desafío.

Y esto, además de emocionarme profundamente, me hace recordar que no todo está perdido; mientras en muchos países (incluido España, donde vivo hace más de una década), se llora frente a las transformaciones de los modelos periodísticos tradicionales, me doy cuenta de que creer que todo es posible no es una cuestión de época o edad. Miren sino los fantásticos proyectos (que además son rentables, o buscan serlo con modelos alternativos) que han surgido en los últimos tiempos: Orsai, Jot Down, eldiario.es, Revista Líbero, Mongolia, entre unos cuantos otros.

Y el último detalle es que hoy Andrés cumple años (se suma a la lista de los espléndidos cuarentones, en la que me incluyo desde julio del año pasado). Será su cumple, pero el regalo me lo hizo a mí.

PD: Hablando de ALCEME, la venganza fue inevitable: no sé que toqué en el iPad (debo reconocer que aún no me entiendo al 100% con la aplicación de wordpress) y tuve que reescribir el texto, porque eliminé la primera versión.

Aquí van las mencionadas fotos (por supuesto, si alguno de los que aparecen prefiere no verse, que me avise y la saco inmediatamente).

8 comentarios en «Un ojo avizor… en el recuerdo»

  1. Andrés D´Alessandr

    Excelente post Gaby! Ya mismo lo reproduciré en mi facebook, me hiciste acordar de muchas cosas!!! Una gran experiencia, pero lo mejor fueron los lazos de amistad que quedaron entre muchos de los que pasamos esas horas aprendiendo y divirtiendonos. O sea, haciendo periodismo. Besos!

  2. Aroundbarcelona Autor

    Totalmente… Casi 20 años después, seguimos acá, y haciendo periodismo, comunicación y esas cosas interesantes. Por algo será.

  3. Lo extraordinario es como el tiempo, en el caso de Ancrés y en el mio, multiplica la sabiduria … pues ambos vamos en el camino de la iluminación…. de la heladera porque cada vez nos parecemos a esos budas de plastico gordinflones…

    Antipoema llamado El Pan

    Me casaría con un pan, lo juro.
    Pan, como te amo, que rico eres.
    Ni la más bella de las estrellas iguala tu belleza de miga blanca.
    Ni el sol tranquilo del otoño se iguala a un bocado tuyo.
    Pan bárbaro, pan sagrado, pan de molde,
    Pan con manteca y azúcar,
    Pan con mayonesa. que belleza.
    Llevaré los miñones a la iglesia y le pediré al Papa que nos case.
    Pero engañaré a los miñones con las flautitas de domingo.
    Pan de Viena, Strauss no es nada a tu lado.
    Pan de pancho, terrible trio te como como te como.
    Pan árabe, con jamoncito, tan blanco como la nieve.
    Pan, te abrazo con mis glándulas salivales.
    Pan, te adoro con mis jugos gástricos.
    Pan bello, soñado, efímero, que se disuelve en mis entrañas.
    Pan, amo tus arterias de harina y tu carne de gluten.
    Pan,¡ como te quiero, te requiero!

  4. Alejandra

    Que placer leerlos! y verlos!! Antes y ahora (a algunos al menos) como a Gabi y Leiro. Enhorabuena por tanta genialidad y locura que tanto y tan bien nos hacen!

  5. historiascronicas

    ¡Qué buenas épocas! Yo escribí alguna que otra cosa en Un Ojo, y la verdad es que hoy vendría muy bien una revista así. Para variar, el empuje siempre positivo de Andrés es el catalizador de muchas cosas. Felicitaciones hoy, como si fuera ayer.

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